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¿Qué es la Distimia?. Guía para comprender este trastorno psicológico

Actualizado: 11 nov 2020

  La tristeza es una emoción primaria y muy común, la cual todos experimentamos con frecuencia. Muchas cosas pueden provocarnos tristeza, desánimo, inquietud… Pero ¿te imaginas vivir permanentemente triste?, ¿tener un estado de ánimo deprimido a lo largo de dos años?.


  Nos podemos poner en la piel de estas personas y comprender el malestar que supone… así que si te interesa saber más sobre la distimia, te invito a leer el siguiente artículo.


Photo by Anthony Tran on Unsplash


¿Qué es la Distimia?


   La distima o trastorno depresivo persistente consiste en un estado de ánimo triste, de insatisfacción y baja autoestima cuya duración es de dos o más años. Provoca una visión negativa de sí mismo. del futuro y del mundo en general, así como una reducción en la realización de actividades que pueden resultar placenteras. Todo esto afecta de manera significativa al ámbito laboral, social o familiar, afectando de manera global a la persona que la padece.


 El actual DSM-5 (2013), reformula el término distimia cambiándolo por Trastorno Depresivo Persistente, manteniendo sus criterios diagnósticos. Según este manual, para para poder establecer este diagnóstico, son necesarios dos o más de los siguientes síntomas: 


  1.                  Pérdida o aumento de apetito.

  2.                  Insomnio o hipersomnia.

  3.                  Falta de energía o fatiga.

  4.                 Baja autoestima.

  5.                 Dificultades para concentrarse o tomar decisiones.

  6.                 Sentimientos de desesperanza.

  Estos síntomas deben estar presentes durante al menos dos años (o un año en el caso de los niños y adolescentes). En caso de no haber tenido síntomas, este periodo asintomático no debe de haber sido superior a dos meses.


  Dentro del trastorno depresivo persistente, podemos hacer dos especificaciones. Consideraremos que es un síndrome distimico puro si en esos dos años en los que el paciente presenta sintomatología, no se han cumplido los criterios diagnósticos de una depresión mayor. En el caso de que se hayan cumplido los criterios de depresión junto con la sintomatología citada anteriormente, el diagnóstico debería ser “trastorno depresivo persistente, con episodio de depresión mayor persistente”.


  De forma tradicional, también se diferencia entre dos tipos de distimia en base a la edad de inicio:

  • Distimia de inicio temprano: cuyo comienzo es gradual y anterior de los 21 años. Suele aparecer de forma insidiosa durante la infancia y adolescencia, llegando de forma progresiva a la adultez. Es el subtipo más frecuente.

  • Distimia de inicio tardío: empieza después de los 21 años, generalmente comienza tras un acontecimiento estresante.

   En cuanto al curso de este trastorno psicológico, suele tener una duración bastante prolongada, en ocasiones hasta 20 o 30 años, siendo el promedio de 5 años en adultos y 4 en niños.


¿Cuál es la causa de la Distimia?


   La etiología de la distimia es compleja y multifactorial, comprendiendo variables biológicas, psicológicas y sociales. Entre las hipótesis, destacan la genética y la aminérgica. La primera, acentúa la carga genética junto con factores ambientales como los principales contribuyentes a la aparición de la distimia. Es frecuente que las personas con distimia tengan familiares cercanos que también la sufren. Por otra parte, la hipótesis aminérgica se basa en el déficit o una menor cantidad de los neurotransmisores serotonina y noradrenalina en el sistema a nervioso central como uno de los principales factores.


  Puede ser habitual que junto con la distimia se desarrolle un trastorno depresivo, agravando así el cuadro psicológico y su sintomatología, denominándose en este caso depresión doble. Por tanto, el principal diagnóstico diferencial se debe realizar con la depresión mayor. Aunque pueden tener síntomas similares, ambos se diferencian en la intensidad de sus síntomas y la duración. la distimia tiene síntomas más leves y más duraderos que la depresión. De hecho, algunos autores consideran que es una forma crónica e incapacitante de la depresión.


¿Cuál es el tratamiento psicológico recomendado?


   La terapia Cognitivo-Conductual ha demostrado su eficacia y efectividad en el tratamiento de los trastornos depresivos, en el que se incluye la distimia. En concreto, son tres los tratamientos que han demostrado ser los más eficaces, estos son la Terapia Conductual, la Terapia Cognitiva y la Terapia Interpersonal. No obstante, el tratamiento psicológico siempre debe de ser individualizado y adaptado a las necesidades de cada paciente, basándonos siempre en los tratamientos con mayor aval empírico dentro del marco científico y basado en la evidencia.

Entre las técnicas psicológicas utilizadas, podríamos incluir:

  •       Psicoeducación: dar información sobre la distimia y los trastornos afectivos. De forma que nuestro paciente pueda comprender sus síntomas y el funcionamiento de estos.

  •      Reestructuración cognitiva: enseñar la relación entre pensamiento-emoción-conducta, para que progresivamente sean sustituidos por pensamientos alternativos más adaptativos. Para ello, es necesario evaluar los pensamientos y distorsiones cognitivas haciendo partícipe al paciente de ello, a través de autorregistros. Tras esto, podremos comenzar a trabajar con el paciente e introducir pensamientos alternativos que sean usadas como hipótesis de trabajo para el paciente.

  •      Relajación muscular progresiva de Jacobson o Relajación Autógena: el objetivo de ambas es la disminución de la reactividad fisiológica y con ello hacer más asequible los objetivos cognitivos. Se aconseja practicar de forma habitual y continuada al menos media hora diaria.

  •      Entrenamiento en solución de problemas: permitiendo gestionar las emociones al enfrentarse a cualquier tipo de problemática, proponiendo una visión más objetiva del problema y con ello soluciones efectivas y eficientes.

  •      Planificación y gestión del tiempo: dar pautas sobre la importancia de la planificación, la gestión del tiempo y las actividades, y de como estas pautas pueden disminuir el estrés diario. Puede incluir el uso de diarios, calendarios o agendas para visualizar y establecer los objetivos diarios.

  •      Planificación de Actividades Agradables y de disfrute o Activación Conductual: realización de actividades agradables y controladas que supongan una mejoría de los síntomas depresivosA través de actividades buscamos aumentar la motivación, disminuir la inactividad y la preocupación en torno a los pensamientos. Así como que el paciente vuelva a disfrutar de la práctica de actividades.

  •      Técnicas de autoestima: enseñar la importancia de la autovaloración como fuente de bienestar. Podemos ayudarnos de la terapia cognitiva para trabajar el autoconocimiento y la autoestima. Por ejemplo aprender a no generalizar, convertir lo negativo en adaptativo, reatribución de los pensamientos o no compararse.

El tratamiento puede realizarse en grupo o individual, siendo el pronóstico generalmente favorable. 

Como hemos señalado la distimia suele ser de mayor duración y menor gravedad que la depresión, sin embargo la tristeza persistente junto a la sintomatología y a su larga duración interfieren de forma importante en la vida de quien la padece. Por lo que, la mejor opción es consultar a un profesional que realice una evaluación y un tratamiento adecuado.


Referencias Bibliográficas

  • Cano. P, Fernández, C., Fernández, A., González, A. y Olry de Labry., A. (2020). Tratamientos basados en la evidencia para la Distimia. Boletín Psicoevidencias nº 55. ISSN 2254-4046

  • Carro de Francisco, C. y Sanz, R., (2015). Intervención cognitivo conductual en un caso de distimia con componentes de ansiedad de evaluación: análisis de un caso clínico. Revista de casos clínicos de Salud Mental (1) pp. 43- 59.

  • DSM-5. Asociación Americana de Psiquiatría. (2013). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (5 ª ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing

  • Spanemberg, L. y Jurena, M. F. Distimia: características históricas y nosológicas y su relación con el trastorno depresivo mayor. Rev. Psiquiatr. Rio Gd. Sul 2004, vol.26, n.3, pp.300-311. ISSN 0101-8108.

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